¿CÓMO
SUPERAR EL DUELO?
El ser humano está frecuentemente expuesto a varias
pérdidas en su vida, pérdidas materiales, afectivas, ante la muerte de un ser
querido, pérdida de alguna relación, pérdidas económicas, laborales, de salud,
por la edad, etc. Toda pérdida en la vida del ser humano, genera un duelo. Es un proceso de adaptación
emocional que sigue a cualquier pérdida. Una de las pérdidas más difíciles para
una gran mayoría de personas, es la muerte de un ser querido, irrumpe en la
vida de una persona en un golpe emocional, afectivo y sentimental, pero la
irreversible ausencia de ese alguien o algo, van a evocar un sentimiento de
abandono, de vacío y de dolor, contemplando la propia vida sin sentido alguno.
Es importante que tomemos en consideración, que el ser humano está en constante
duelo, pues por el proceso de crecimiento se vienen experimentando pérdidas
constantes: ante el nacimiento, la pérdida del primer espacio ocupado en el
vientre materno, en cuestión de la nutrición alimentaria, abandonar el pecho
por el biberón o éste por el alimento sólido. La pérdida de dientes de “leche”,
o el juguete favorito, o los brazos de mamá, o los compañeros y maestros de un
curso a otro, etc. Así descubrimos que estamos en constante pérdida y
restructuración vital, por tanto, en constante duelo, pero como ya lo dijimos
anteriormente, una de las pérdidas más difíciles de vivir es la de un ser
amado. Es un proceso vivencial, personal y muy íntimo, absolutamente
intransferible y personalmente único. El tiempo necesario para pasar de la
“crisis” a la adaptación a la nueva realidad debe estructurarse en un proceso
más o menos largo y doloroso, dependiendo de muchos factores: tipo de muerte,
calidad del vínculo afectivo con la persona fallecida, edad, personalidad,
entorno, responsabilidades adquiridas, etc. Por esto y otras muchas razones,
resulta difícil hablar de “tiempo” de recuperación establecido, cada persona
vive su propio proceso. La muerte es parte de la vida, y así como aceptamos la
vida, sin haberla pedido, así deberíamos aceptar este proceso vital de la
muerte; es aquí donde el aspecto religioso o de fe entra de una manera
contundente, pues incide de manera directa lo que nuestra fe nos dice acerca de
la muerte. Existen varias etapas que se tienen que estructurar y vivir, con la
ayuda de un tanatólogo o psicoterapeuta, acompañado de dirección espiritual; no
necesariamente se tendrán que vivir forzosamente todas, pero por lo regular, sí
la mayoría de ellas:
1.-Negación / incredulidad.- Es muy
difícil aceptar lo sucedido, incluso, es muy probable que se llegue a negar la
muerte. Resulta difícil actuar sin pensar que el ser querido ya no está, y
quizá se siga con la esperanza de que volverá. Evasión de la realidad.
2.- Enojo / rabia / resentimiento.- Puede
aparecer un fuerte sentimiento de enojo profundo contra todo y contra todos. Es
algo normal y no se debe luchar contra él. Aceptarlo sin juzgarse. Forma parte
del dolor. Dios, los médicos, la persona fallecida, la cotidianidad de los
demás. Todo es objeto de enojo, rabia y resentimiento
3.- Tristeza.- Invade una pena de
intensidad desconocida. Explota el llanto desbordado y la sensibilidad estará a
flor de piel. Llanto, pena, melancolía, nostalgia es lo que más prevalecerá; es
conveniente no reprimir el llanto jamás.
4.-
Miedo / angustia.- Confusión,
inquietud, ansiedad desbordada, profundo sentimiento de desamparo y
desesperación. Miedo a lo que vendrá sin el ser amado, ideas de fracaso y un
sinsentido en la vida.
5.-
Culpas / auto reproches.- Sentimientos
de culpa, remordimientos por lo hecho y lo no hecho, por lo dicho y no dicho.
Auto castigo emocional, sentimental y psicológico.
6.-
Sensación de oír o ver al fallecido.- Cambios
de humor; constante recuerdo de la vivencia presente, hasta llegar a la
neurosis.
7.-
Restructuración de la propia vida.- Necesidad
de cambios viendo siempre para el futuro, considerando que el ser amado estará,
de distinta manera, conmigo y que la vida continúa.
Nos
enseñaron a vivir, pero no hemos aprendido a morir. ¿Estoy preparado para la
muerte de un ser amado o la propia? Es una realidad saber que todos los seres
creados, tenemos un principio en este mundo, y tendremos un fin (no la muerte,
la muerte es un mero medio), la Vida Futura, donde viviremos eternamente en la
presencia de nuestro buen Dios, en compañía de nuestros seres amados.
Pbro. Mtro. Raúl Zarazúa Sánchez
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